Reflexiones
Hoy ha sido un día raro. De esos que lo ves todo como espectadora, como si realmente estuvieras viendo una película, pero de las tristes... He estado un buen rato metida en un atasco de esos de ciudad, y he podido observar con auténtico horror la vida que llevamos.
Un minusválido en silla de ruedas, con sus cupones a la solapa, quería cruzar la calle por un semáforo...(Oh!)
Ha tenido que bordear 4 coches para poder cruzar un semáforo, ya que los coches estaban mal aparcados (en el paso de cebra, por supuesto) y excesivamente pegados. El hombre, una vez sorteados los vehículos ha tenido que luchar con 20 centímetros de acera para poder subirla, de lo cual doy fe de la maña que el buen hombre se trae. Pero claro..., le lleva su tiempo y preparación, que sumado al tiempo que ha tardado en sortear a los coches en doble fila y el aparcado en el paso de cebra, hace más que el tiempo que dura el muñeco en verde.
Consecuencia, los energúmenos que conducían los coches ( y hablo en masculino con conocimiento de causa) se han puesto a pitar insistentemente y a hacer aspavientos despectivos al hombre.
Consecuencia segunda, bajo mi ventanilla y expreso mi opinión en relación a la bestia que conduce el coche...(omito los comentarios, que son los que podéis imaginar y un poquito más).
Consecuencia tercera, no ha pasado nada. El hombre minusválido ha seguido sorteando obstáculos, el animal se ha llevado unos buenos piropos, y yo otros similares, más un ataque de nervios por la impotencia y la insensibilidad del monstruo(yo creo que a éste no le queda ni en la punta de la polla) y el pensamiento de...(¿tendrá mujer e hijos ésta mutación genética?)
Avanzando 5 metros...
Una indigente mayor, sentada en la acera, cantaba frente a un gran centro comercial sin que Nadie!, absolutamente nadie de las "personas" que pasaban por delante de ella se fijaran lo más mínimo en ella. Era invisible a tod@s. Lo más extravagante es que muchos de ellos ( y hablo en masculino, de nuevo, con conocimiento de causa) daban un salto por encima de sus piernas para continuar su camino. E increiblemente...No la veían!!!!0
La señora, mientras cantaba, miraba a todos los que pasaban frente a ella. En su mirada no parecía haber sorpresa, ni indignación por no ser vista, ni tan siquiera miedo a sentirse fantasma. Por desgracia creo que está acostumbrada a "no existir ". Estoy convencida de que si se muriera en esa postura, en ese lugar que ya ha hecho suyo, nadie lo notaría y tal vez, sólo tal vez, la descubriera el barrendero de las 6 de la mañana. (O tal vez una loca en un atasco). Lo que más me ha revuelto el estómago ha sido el hecho de saber que ella siempre está ahí y yo, que paso muchas veces por allí, casi nunca la veo.
A esta terrible película, hay que añadirle, por supuesto, las decenas de personas erguidas que andan como si estuvieran participando en una carrera de marcha, que llevan el bolsillo lleno de billetes, tarjetas de crédito de sociedades y clubes..., y que andan sin ver, sin mirarse, como máquinas bien programadas que se saben el cámino y no dan problemas.
La banda sonora de esta "película" (que ya me gustaría) que me acompañaba en el coche era Bolsillos de Pedro Guerra. Es un disco genial, dedicado casi en su totalidad a los inmigrantes y a los indigentes. (A veces existen milagros en la naturaleza "humana" y aparecen hombres con sensibilidad).
Un minusválido en silla de ruedas, con sus cupones a la solapa, quería cruzar la calle por un semáforo...(Oh!)
Ha tenido que bordear 4 coches para poder cruzar un semáforo, ya que los coches estaban mal aparcados (en el paso de cebra, por supuesto) y excesivamente pegados. El hombre, una vez sorteados los vehículos ha tenido que luchar con 20 centímetros de acera para poder subirla, de lo cual doy fe de la maña que el buen hombre se trae. Pero claro..., le lleva su tiempo y preparación, que sumado al tiempo que ha tardado en sortear a los coches en doble fila y el aparcado en el paso de cebra, hace más que el tiempo que dura el muñeco en verde.
Consecuencia, los energúmenos que conducían los coches ( y hablo en masculino con conocimiento de causa) se han puesto a pitar insistentemente y a hacer aspavientos despectivos al hombre.
Consecuencia segunda, bajo mi ventanilla y expreso mi opinión en relación a la bestia que conduce el coche...(omito los comentarios, que son los que podéis imaginar y un poquito más).
Consecuencia tercera, no ha pasado nada. El hombre minusválido ha seguido sorteando obstáculos, el animal se ha llevado unos buenos piropos, y yo otros similares, más un ataque de nervios por la impotencia y la insensibilidad del monstruo(yo creo que a éste no le queda ni en la punta de la polla) y el pensamiento de...(¿tendrá mujer e hijos ésta mutación genética?)
Avanzando 5 metros...
Una indigente mayor, sentada en la acera, cantaba frente a un gran centro comercial sin que Nadie!, absolutamente nadie de las "personas" que pasaban por delante de ella se fijaran lo más mínimo en ella. Era invisible a tod@s. Lo más extravagante es que muchos de ellos ( y hablo en masculino, de nuevo, con conocimiento de causa) daban un salto por encima de sus piernas para continuar su camino. E increiblemente...No la veían!!!!0
La señora, mientras cantaba, miraba a todos los que pasaban frente a ella. En su mirada no parecía haber sorpresa, ni indignación por no ser vista, ni tan siquiera miedo a sentirse fantasma. Por desgracia creo que está acostumbrada a "no existir ". Estoy convencida de que si se muriera en esa postura, en ese lugar que ya ha hecho suyo, nadie lo notaría y tal vez, sólo tal vez, la descubriera el barrendero de las 6 de la mañana. (O tal vez una loca en un atasco). Lo que más me ha revuelto el estómago ha sido el hecho de saber que ella siempre está ahí y yo, que paso muchas veces por allí, casi nunca la veo.
A esta terrible película, hay que añadirle, por supuesto, las decenas de personas erguidas que andan como si estuvieran participando en una carrera de marcha, que llevan el bolsillo lleno de billetes, tarjetas de crédito de sociedades y clubes..., y que andan sin ver, sin mirarse, como máquinas bien programadas que se saben el cámino y no dan problemas.
La banda sonora de esta "película" (que ya me gustaría) que me acompañaba en el coche era Bolsillos de Pedro Guerra. Es un disco genial, dedicado casi en su totalidad a los inmigrantes y a los indigentes. (A veces existen milagros en la naturaleza "humana" y aparecen hombres con sensibilidad).
4 comentarios
kuasik -
Basta ya!!! -
lauropata -
venusiana -